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Dormir dentro de un espacio diseñado por Patricia Urquiola: así se siente Casa Brera

Un hotel que se convierte en experiencia sensorial

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Hay hoteles bonitos. Hay hoteles cómodos. Y luego están los que te hacen sentir en casa, sin parecerse en nada a ella. Así fue mi experiencia en Casa Brera, en el corazón de Milán, durante la Milan Design Week 2025. Diseñado por la admirable Patricia Urquiola, este hotel fue mucho más que un alojamiento: fue una vivencia estética, emocional y profundamente inspiradora.

Diseño que emociona: la atmósfera de Casa Brera

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Nada más llegar, la recepción me cautivó: una composición de distintos tipos de mármol que se sentía como una escultura habitable. Las líneas puras, los patrones geométricos, la luz natural, el equilibrio entre calidez y sofisticación… Cada rincón parecía pensado para el interiorismo emocional. Un lugar donde el lujo no grita, susurra.

Una estética que acoge: el alma de Casa Brera

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Ubicado en el histórico barrio de Brera, el hotel respira la esencia artística y bohemia de su entorno. Patricia Urquiola, referente del diseño internacional, lo concibió como un «hogar temporal e idílico».

Desde los muebles de Poliform hasta sus propias creaciones para Cassina o Moroso, pasando por detalles como la llave de madera o una carta de cócteles ilustrada… Todo habla de un diseño que cuida, transforma y acompaña.

Mi habitación era un pequeño universo de confort: mármoles, textiles, tecnología invisible y distintos escenarios de luz. Era imposible no querer fotografiar cada rincón.

Patricia Urquiola: sensibilidad, futuro y belleza

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Patricia Urquiola es para mí mucho más que una diseñadora. Su intuición, su valentía para unir tecnología y emoción, y su elegancia natural la convierten en una creadora única. Este año, además de Casa Brera, brilló en la colección Objets Nomades de Louis Vuitton y en colaboraciones con Buccellati o V-Zug.

En mi propia terraza tengo uno de sus diseños para Kettal: el sillón de la colección Maia. Pero ahora, después de vivir Casa Brera, siento aún más cerca su forma de entender los espacios: cálidos, funcionales, femeninos y con alma.

Inspiración para volver a atreverme

Durante estos años, lo cotidiano y el miedo a arriesgar a veces me alejaron de mi esencia creativa. Pero Casa Brera me reconectó con mi amor por el mármol, el color, los tejidos especiales, y por ese lujo sutil que da sentido a un espacio.

Recordé uno de mis primeros proyectos, donde tapizamos una mesa antigua de cerezo con una piel negra texturizada. Esa valentía, esa sensación de crear algo único… la volví a sentir en Milán.

Una experiencia compartida con mi hija

 

Más allá del diseño, lo que hizo inolvidable esta estancia fue compartirla con mi hija Sofía. Una cena japonesa, cócteles y risas, su sonrisa por la mañana… y un paseo soñado por las calles milanesas.

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Mientras escribo, suena en mi playlist I Can’t Stop Loving You (Liongold Remix). Y no puedo evitar emocionarme. Casa Brera fue belleza compartida, conexión y redescubrimiento.

Conclusión: dormir en un espacio con alma

Casa Brera no fue solo un lugar para dormir. Fue un hogar efímero que me devolvió a mi esencia como interiorista, como mujer, como madre. Si tienes la oportunidad de alojarte allí, no lo dudes.

Y si te gusta el diseño emocional, te invito a seguir leyendo el blog, compartir este artículo o dejarme tus impresiones.

Con cariño y pasión por el interiorismo,
Sonia